Se puede afirmar que la médula espinal es la prolongación del cerebro hacia abajo. Forma parte del sistema nervioso central compuesto de encéfalo, dentro del cráneo, y de médula, que ocupa el canal raquídeo. Tiene forma de cilindro delgado y alargado que se extiende desde el encéfalo hasta la segunda vértebra lumbar.
Los nervios son estructuras similares a un cordón compuesto de muchas fibras nerviosas. La médula espinal tiene muchas fibras nerviosas espinales. Las fibras nerviosas transportan mensajes entre el cerebro y las diferentes partes del cuerpo. Los mensajes pueden ser relacionados con el movimiento, diciéndole a alguna parte del cuerpo que se mueva. Otras fibras nerviosas llevan mensajes de sensación o tacto desde el cuerpo hacia el cerebro, como el calor, el frío o el dolor. El cuerpo también tiene un sistema nervioso autonómico. El controla las actividades involuntarias del cuerpo como la presión sanguínea, la temperatura corporal, el sudor y las vísceras.
Estas fibras nerviosas constituyen el sistema de comunicación del cuerpo. La médula espinal puede ser comparada a un cable telefónico. Conecta la oficina principal (el cerebro), con otras oficinas particulares (las partes del cuerpo) por medio de líneas telefónicas (las fibras nerviosas). La médula espinal es el camino que los mensajes usan para viajar entre el cerebro y las diferentes partes del cuerpo.
La médula espinal termina en forma de filamento (filum terminale) que se fija en la segunda vértebra sacra. Rodeando a este filamento hay otras raíces nerviosas que forman un conjunto llamado cauda equina.
Desde la médula salen del estuche óseo vertebral unas raíces nerviosas que se extienden por todo el cuerpo, se distinguen: ocho raíces cervicales, doce dorsales, cinco lumbares, cinco sacras y una coxígea a cada lado del cuerpo. Cada raíz se prolonga por los nervios de su respectiva porción del cuerpo formando metámeras.