Preguntas frecuentes sobre cómo ayudar

Partimos de la base de que todos  somos diferentes y que  las diferencias nos enriquecen y nos motiva a dialogar o realizar acciones con otros.

Hay dos rasgos distintivos que son comunes en las personas con discapacidad: por un lado tienen dificultad para realizar ciertas actividades y, por otro, desarrollan habilidades para compensar sus limitaciones, que nos asombran. En relación a otros aspectos de la vida tenemos  en común nuestra aspiración a tratar de ser felices y esperan ser respetados.

Si queremos prestar ayuda a una persona con discapacidad y ser eficaces, lo primero es reconocer su particular diferencia, considerarlo como un ser integral y evitar la sobreprotección.

Antes de ayudar a una persona discapacitada, debes darle la oportunidad para que ella lo solicite. En el caso de que seas tú quien te ofrezcas para ayudar las preguntas  son fáciles: ¿necesitas ayuda? ¿me puedes indicar cómo hacerlo?

Todo es cuestión de comunicación, sentido común y naturalidad, háblale directamente, mirando a la persona a los ojos y respondiendo a sus gestos.

Si tiene dificultades para expresarse, da tiempo para que se comunique.

Si usa silla de ruedas y la maneja por sí mismo, presta sólo la ayuda que la persona solicite.